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Además de controlar la temperatura, muchos materiales aislantes térmicos tienen propiedades fonoabsorbentes, lo que significa que ayudan a reducir la transmisión de ruido entre habitaciones o desde el exterior.
Esto es especialmente útil en ciudades con tráfico intenso, zonas industriales o edificios con paredes delgadas donde el ruido puede ser un problema. Un buen aislamiento térmico no solo protege del frío y el calor, sino que también crea un ambiente más tranquilo y silencioso, mejorando la calidad de vida de los habitantes.